En el mundo de los encuentros con famosos, pocos momentos superan la emoción de conocer a un héroe de la infancia. Para O’Shea, su primer encuentro con The Rock es tan divertido como inolvidable. En un episodio reciente de Games With Names , O’Shea recuerda su divertidísimo primer encuentro con Dwayne “The Rock” Johnson, y la historia es prácticamente legendaria.
Todo comienza en sexto grado, cuando la noticia en la escuela corre como la pólvora: “¡Shay, tu papá está aquí!”. El joven O’Shea inmediatamente piensa que está en problemas. “¿Qué hice ahora?”, se pregunta, imaginando lo peor. ¿Habrá encontrado su papá su escondite secreto? Quizás fue una simple confusión escolar. Pero al salir, allí está su papá, no en el típico cuatro puertas de la familia, sino en un elegante deportivo de dos puertas. El corazón de O’Shea se acelera mientras se pregunta qué está pasando.

“Pensaba: ‘¿Qué hice? ¿Por qué está aquí?'”, recuerda O’Shea. “Pero entonces, condujimos hasta Venecia —un lugar un poco apartado para un chico del Valle— y me quedé allí sentado, confundido”.
Una vez sentados en un restaurante, el mundo de O’Shea se estremece cuando entra nada menos que The Rock. En aquel entonces, O’Shea era un gran aficionado a la lucha libre, y ver a su ídolo en persona lo dejó completamente deslumbrado. “No podía hablar. Solo estaba sentado allí, observándolo”, admite O’Shea. “Pedí una hamburguesa con queso. Él pidió una hamburguesa con queso. Yo pedí una cerveza de raíz. Él pidió una Coca-Cola Light. Me pareció raro, pero en fin”.
Mientras comían, el padre de O’Shea lo animó a hablar. “¡Háblale! ¡Pregúntale cuál es su lucha libre favorita!”. Pero O’Shea estaba paralizado por la emoción. “No pude. Me quedé paralizado”.
Aun así, The Rock no solo estaba allí para comer; estaba allí para ser un buen compañero. Firmó la camiseta de O’Shea, se tomó una foto con él e incluso pagó la comida. Cuando la camarera regresó con el cambio, The Rock hizo algo inesperado: no lo tomó. En cambio, O’Shea tomó la moneda que había quedado y se la guardó con cuidado en el bolsillo.
“Esa es mi moneda de la suerte”, dice O’Shea con orgullo. “¡Es la moneda de The Rock! Todavía la tengo en una bolsa de sándwich”.
La historia continúa revelando el profundo vínculo que O’Shea sentía por The Rock, quien era una figura trascendental para él en aquel entonces. Recuerda haber ido a ver El Regreso de la Momia y haber asistido al estreno del Rey Escorpión solo para apoyar a su héroe. “Era un gran fan de The Rock”, recuerda. “Iría a cualquier sitio solo para verlo”.
Pero por mucho que O’Shea admirara a The Rock, el mundo de la lucha libre tuvo sus altibajos, incluyendo momentos de traición cuando The Rock se volvió contra sus fans. “Me sentí desgarrado cuando Goldberg llegó a la WWF”, comparte O’Shea. “Me rompió el corazón cuando venció a The Rock. Pero bueno, me mantuve fiel a The Rock pase lo que pase”.
Curiosamente, O’Shea y The Rock comparten el mismo agente, y O’Shea bromea sobre intentar conseguir un papel en una de las películas de The Rock. “Es simplemente The Rock en cada película, y me encanta”, dice O’Shea con admiración. “Es el tipo que puede elevar a cualquiera, y estoy deseando ver qué hace en esta nueva película sobre MMA. Creo que se llama The Smashing Machine “.
¿Y qué hay de esa legendaria moneda de veinticinco centavos? O’Shea la tiene muy aferrada, y no se irá a ningún lado. Incluso bromea diciendo que algún día, cuando llegue el momento, la lanzarán para una promoción especial en una futura película.
Para O’Shea, conocer a The Rock fue más que un encuentro estelar: fue un momento que marcó su infancia y un recuerdo que aún le dibuja una sonrisa. Y, según cuenta la historia, esa moneda siempre le recordará lo lejos que ha llegado y lo cerca que estuvo de su ídolo.